Buscando archivos por mi ordenador he encontrado un documento que una vez más me ha hecho pensar en lo dura que llega a ser la vida. Ver como gente a la que aprecias, a la que adoras se va así de repente, un buen día, sin tener tiempo ni siquiera a despedirte.
Esta es la carta que le escribí a una amiga hace ya casi 4 años.
Querida Rach,
No te he escrito antes porque no he tenido valor para hacerlo, las cosas han pasado muy deprisa, aunque ganas no me han faltado.
No te he escrito antes porque no he tenido valor para hacerlo, las cosas han pasado muy deprisa, aunque ganas no me han faltado.
Hoy, viendo llover me acorde del día en que te conocí, ¿lo recuerdas? Hace ya unos cuantos años. Fue en el cumple de tu primo cuando aun éramos unos canijos. Recuerdo que cuando nos presentaron lo primero que hiciste fue sonreír. Me regalaste una sonrisa que desbordaba felicidad y ganas de vivir la vida al máximo, exprimirla hasta el último momento. Y así lo has hecho.
Doniños se convirtió en tu playa. La amabas, allí te sentías bien, como en casa, viendo la subida y la bajada de las mareas, las buenas olas para hacer surf, la gente que te quería y te admiraba, que no era poca. Día a día nos regalabas una sonrisa, un piropo, siempre, en los buenos y en los malos momentos. Con ella ayudaste a mucha gente, ¿sabes?
Hoy vienen a mi mente muchos recuerdos. Me acuerdo de ti en la playa de Doniños con una de tus inseparables amigas, Inés, siempre paseando de un lado a otro saludando a gente, riéndote, cogiendo olas. Hoy veo la lluvia caer y hecho de menos ir a Doniños.
Doniños se convirtió en tu playa. La amabas, allí te sentías bien, como en casa, viendo la subida y la bajada de las mareas, las buenas olas para hacer surf, la gente que te quería y te admiraba, que no era poca. Día a día nos regalabas una sonrisa, un piropo, siempre, en los buenos y en los malos momentos. Con ella ayudaste a mucha gente, ¿sabes?
Hoy vienen a mi mente muchos recuerdos. Me acuerdo de ti en la playa de Doniños con una de tus inseparables amigas, Inés, siempre paseando de un lado a otro saludando a gente, riéndote, cogiendo olas. Hoy veo la lluvia caer y hecho de menos ir a Doniños.
Me vienen muchos recuerdos a la cabeza, muchas anécdotas, pero una de ellas sobrepasa a las demás: la última vez que estuve contigo. Era la víspera del día que me iba de vacaciones a Almería. Estábamos en la playa un buen grupo de amigos embadurnándonos en aceite, incluso quedasteis algunos para comprar un bote entre cuatro. Tomamos el sol, nos bañamos, hasta que llego la hora de irme.
Fuiste una de las pocas personas de las que me dio tiempo de despedirme, quedamos en vernos a la vuelta en la playa y en montarlas mucho los sábados de noche. Ese día no se me olvidará jamás. Yo te dije un hasta luego, que se convirtió en un adiós para siempre. Ya no te volvería a ver.
Ahora ya no puedo tocarte, sentirte, ya no estas a nuestro lado. Se que estás en un lugar mejor cuidándonos, animándonos para que regalemos sonrisas como las tuyas, pero desgraciadamente no son iguales, ni parecidas, y tenemos un gran vacío en nosotros.
Ahora ya no puedo tocarte, sentirte, ya no estas a nuestro lado. Se que estás en un lugar mejor cuidándonos, animándonos para que regalemos sonrisas como las tuyas, pero desgraciadamente no son iguales, ni parecidas, y tenemos un gran vacío en nosotros.
Tengo la certeza de que algún día te volveré a ver, pero mientras tanto estarás siempre en mi corazón. No te olvidaré jamás.
Muy buenas olas Rach.
Muy buenas olas Rach.
David Teijeiro.
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