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lunes, 7 de mayo de 2012

¿Horas de cambio en Europa?

Jornada memorable la de ayer. Desde el mar del  Norte al Egeo, los europeos han dicho NO a las políticas neoliberales de recortes,  ajustes, mermas en ingresos, salarios y servicios. Han dicho NO a  sacrificarlo todo ciegamente a una estabilidad presupuestaria imposible de alcanzar, ya que se alimenta de devorar el mismo presupuesto que pretende estabilizar. Se han sublevado contra las imposiciones de los mercados. Se han sublevado contra la imposición de un pensamiento único que pasa por encima de la soberanía popular, destroza el espíritu democrático y trata de destruir el Estado del bienestar. Todo comenzó en marzo en Andalucía.
La clara victoria de Hollande fue  el momento estelar de la jornada. Sarkozy es el primer presidente francés que no repite mandato en treinta años. Pero no se trata solamente de que este fuera ya insoportable sino de que el programa de Hollande es lo suficientemente atractivo para asegurarse la mayoría. Tanto que se dice que es muy difícil articular una política socialdemócrata. Quien quiera saber cómo se hace, que lea el texto del triunfador en las elecciones franceses. El PSOE, por ejemplo, a punto de cometer su último error de imitar el silencio del PP a fin de ganar elecciones, podía traducirlo al castellano y firmarlo, ya que no es capaz de redactar uno propio y defenderlo con la seguridad que da el respaldo popular, empezando por la República y cerrando el paso a ese monarquismo que está abriéndose paso en el partido de Pablo Iglesias.
A su vez, todo el mundo ha estado pendiente de los resultados en Grecia, el país más castigado de la Unión por las políticas de la derecha neoliberal en contra de la crisis que lo único que hacen es agravarla, profundizarla y prolongarla con la finalidad de desmantelar el Estado del bienestar y aumentar la tasa de explotación de los trabajadores. Las convulsiones callejeras de Grecia se han trasladado al Parlamento. Es probable que los dos partidos del sistema, Nueva Democracia y los socialistas del PASOK,  no consigan mayoría para formar un gobierno de coalición que acate mansamente el 'Diktat' de los organismos financieros internacionales y de Berlín en concreto.
El FMI ya se ha apresurado a amenazar a los griegos con retener los fondos del rescate si el país adopta una actitud que no sea sumisa a las imposiciones del capital. Al margen de la inmoralidad y la ruindad de esta amenaza, es claro que Grecia ha votado más o menos como Francia: no a la política neoliberal de hundir a los países con el fin de restablecer la tasa de beneficio del capital.
Paradójicamente, España queda una vez más al margen de la corriente que apunta en Europa y, como siempre, yendo en sentido contrario. Así como, al acabar la segunda guerra mundial, los aliados permitieron que el fascismo, derrotado en el continente, prosiguiera en España durante 40 años, es posible que volvamos a tener la mala suerte de quedar en manos de esta derecha neoliberal y nacionalcatólica, heredera de la de los 40 años, y obsesionada por expoliar a los españoles, mientras el resto del continente, acabada la pesadilla de la crisis-estafa de la derecha, reemprende el camino de la estabilidad y el crecimiento.
¿Estamos ante el renacer de Europa?