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domingo, 20 de febrero de 2011

El último día de nuestra vida

Es ese día para tomar las decisiones que hace tiempo ya quisimos haber tomado pero que será imposible tomar ya. Éste es un día cualquiera para los demás, pero para tí, es el día en que todo se acaba, todo lo de aquí, todo lo de esta vida, termina, las últimas horas, los últimos minutos... y la vida se acabó. Comienza la eternidad.

Se fueron todas las oportunidades. Lo que hiciste quedó hecho y lo que no, quedó sin hacer. Ahí se quedan los placeres, ahí se quedan los sufrimientos, ahí se queda el dinero, el oro, la plata, la ropa, los perfumes. Se queda todo, todo lo que en esta vida te pertenecía. En tu maleta al otro mundo solo puedes llevar las buenas y las malas obras. Nada más.

¿Cuántas cosas te propusiste hacer en esta vida? Si volviera a empezar... pero aquí ya acaba todo. Muchas veces ocurre eso de pensar cuando pude y no quise, y ahora que quiero ya no puedo. Pero ahora, ¿qué importan las faltas que cometí en esta vida? Ya nadie me puede quitar lo bailado, aunque a veces las acciones de las personas una vez que pasaron ya no son nada. Son un simple recuerdo de algo que nunca más volverá.

Quisieras haber sido un buen hombre, un buen esposo, un buen amigo, pero ¿por qué no nos dedicamos a hacerlos ahora, en este momento? Querer es poder ¿no? Quererlo ser de una vez por todas y hasta el último día de nuestra vida, hasta el último aliento, aprovechar el tiempo.

¿Qué quisiera haber sido al final de esta vida? ¿Tendré que decir pude y no quise, o ya podré decir pude y quise?

...

David Teijeiro Prado

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